OJALÁ. Parte I
Durante meses estuve escuchando esta canción que me llegó muy dentro. Cada palabra resonaba en mi. Cada estrofa me hacía sentir y reflexionar. Aqui os voy a compartir esas reflexiones.
“Yo necesito ganas no querer ganar
Y si algún día perdiera, mi miedo
a perder,
Me duele haber corrido para no
llegar,
Ahora sé que la meta es el camino
también.”
Ganas, ilusión para atreverse a conseguir nuestros sueños, vivir desde la abundancia y desaprender la creencia de que somos carencia. Ese pensamiento que nos lleva a vivir siempre pensando que no se puede alcanzar todo lo que imaginemos, anhelemos y soñemos. Perder el miedo al fracaso, porque gracias a los fracasos vemos lo valientes y fuertes que somos, porque no es valiente el que no tiene miedo, si no aquel que a pesar del miedo se atreve a intentarlo. La mente nos va a boicotear diciéndonos que no somos capaces, pero es esa limitación la que tenemos que superar, porque venimos de lo divino, somos parte de la divinidad y como tal somos completos. El camino realmente es la vida, el río de la vida. De nosotros depende si nos dejamos llevar y fluimos en su corriente o decidimos pelearnos con cada remolino y piedra. Fluir no es sólo dejarse llevar, fluir es aceptar la realidad que se nos presenta en cada momento con una mente abierta para aprovechar cada situación y aprender de ella para ser una mejor versión de nosotros mismos.
...en el camino.
Gracias, gracias, gracias
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