OJALÁ. Parte VIII
“Porque también dediqué tiempo a quien ya no se acuerda de mi
También pegué los trozos de lo mismo que después partí
Tampoco me he entendido y he entendido que eso será así
No he estado confundido, he estado fundido con lo peor de mi.
Me he mudado a problemas y he querido ser feliz allí
y he dado vuelta en círculos por no quitarte de en medio a ti
He preguntado a todos para poder definirme a mi,
¿Cómo decirle a un río que se pare y deje de fluir?
La contradicción, esencia inherente al ser humano.
Ir donde está el conflicto. Una vez más me remito al dicho mencionado en otros post, pero esta vez lo voy a cambiar: “Más vale lo bueno por conocer que lo malo conocido”.
¿Somos masoquistas? Para no herir a otros nos envolvemos y liamos en una madeja enredada imposibilitando ser nosotros mismos. O mejor dicho, nuestro ego nos dice que podemos herir y en respuesta a ello la herida nos la provocamos a nosotros. ¿En serio? ¿La persona a la que mejor tendríamos que tratar es a la que más maltratamos? Si ese es tu caso ponte manos a la obra … te toca.
¿Cómo eres? ¿Como te ven los demás? ¿Como te ves tu? ¿Eres lo que muestras al exterior? ¿Eres lo que escondes conscientemente? ¿Eres lo que está escondido en tu inconsciente? ¿Cómo eres...? ¿Quizá un cóctel de todo? ¿Te gusta ese cóctel? ¿Estás viviendo desde tu esencia?
Fluye, fluye como el agua del río que no se pelea con las piedras, se amolda a ellas, las surca por arriba, por abajo, por los lados, cae estrepitosamente en forma de cascada, tranquila en la llanura, profunda a veces, otras superficial...todo está bien, todo es válido. Podríamos decir que el agua es resiliente. ¿Y tu?
...en el camino.
Gracias, gracias, gracias.
Comentarios
Publicar un comentario