MENTE-CORAZÓN
Cuando vemos esta imagen y reflexionamos nos damos cuenta de las veces que estamos desconectados de nuestros sentimientos. Por no añadir las que no queremos escuchar, ya sea por miedo o por algún otro motivo. O las veces que ni sabemos ponerle nombre a eso que nos pasa. También puede ser duro escuchar lo que nos dicen sus latidos. Querer sentir de una forma y no conseguirlo. Podemos sentir rabia por no sentir lo suficiente o sentir demasiado y nos cuesta aceptarlo. Pero llegados a esa conclusión lo mejor es ser honestos con nosotros mismos y con los demás. Si nuestro corazón nos guía hacia una dirección, en lugar de hacia otra, será que nuestro camino está por ahí. Así que a pesar de regresar, por ejemplo, a la soledad, hay que dar gracias por esa guía que nos empuja hacia nuestro camino y, por supuesto siempre dar gracias por lo vivido, por las experiencias, los momentos, los aprendizajes… Gracias, gracias, gracias. ...en el camino.